viernes, 9 de julio de 2010

¿Qué hijos vamos a dejar a este mundo?

He visto los programas en los que salía Leopoldo Abadía y su teoría de la Crisis Ninja; me han encantado, y sobre todo me ha gustado la coherencia con la que habla y escribe, por ejemplo en este artículo. Conozco a alguno de sus hijos, y puedo asegurar que sabe de lo que habla, pues como dice el refrán “de tal palo tal astilla”. Seguro que te hacen pensar estas palabras

Leopoldo Abadía (autor de "La crisis Ninja") dice en su artículo:
Me escribe un amigo diciendo que está muy preocupado por el futuro de sus nietos. Que no sabe qué hacer: si dejarles herencia para que estudien o gastarse el dinero con su mujer y que "Dios les coja confesados".

Lo de que Dios les coja confesados es un buen deseo, pero me parece que no tiene que ver con su preocupación. En muchas conferencias, se levanta una señora (esto es pregunta de señoras) y dice esa frase que me a mí me hace tanta gracia: "¿qué mundo les vamos a dejar a nuestros hijos?"
Ahora, como me ven mayor y ven que mis hijos ya están crecidos y que se manejan bien por el mundo, me suelen decir "¿qué mundo les vamos a dejar a nuestros nietos?"
Yo suelo tener una contestación, de la que cada vez estoy más convencido: "¡y a mí, ¿qué me importa?!"

Quizá suena un poco mal, pero es que, realmente, me importa muy poco.

Yo era hijo único. Ahora, cuando me reuno con los otros 64 miembros de mi familia directa, pienso lo que dirían mis padres, si me vieran, porque de 1 a 65 hay mucha gente. Por lo menos, 64.

Mis padres fueron un modelo para mí. Se preocuparon mucho por mis cosas, me animaron a estudiar fuera de casa (cosa fundamental, de la que hablaré otro día, pues ayuda a quitarte la boina y a descubrir que hay otros mundos fuera de tu pueblo, de tu calle y de tu piso), se volcaron para que fuera feliz. Y me exigieron mucho.

Pero ¿qué mundo me dejaron? Pues mirad, me dejaron:
1. La guerra civil española
2. La segunda guerra mundial
3. Las dos bombas atómicas
4. Corea
5. Vietnam
6. Los Balcanes
7. Afganistán
8. Irak
9. Internet
10. La globalización

Y no sigo, porque ésta es la lista que me ha salido de un tirón, sin pensar. Si pienso un poco, escribo un libro. ¿Vosotros creéis que mis padres pensaban en el mundo que me iban a dejar? ¡Si no se lo podían imaginar!

Lo que sí hicieron fue algo que nunca les agradeceré bastante: intentar darme una muy buena formación. Si no la adquirí, fue culpa mía.

Eso es lo que yo quiero dejar a mis hijos, porque si me pongo a pensar en lo que va a pasar en el futuro, me entrará la depre y además, no servirá para nada, porque no les ayudaré en lo más mínimo.

A mí me gustaría que mis hijos y los hijos de ese señor que me ha escrito y los tuyos y los de los demás, fuesen gente responsable, sana, de mirada limpia, honrados, no murmuradores, sinceros, leales. Lo que por ahí se llama "buena gente".

Porque si son buena gente harán un mundo bueno. Y harán negocios sanos. Y, si son capitalistas, demostrarán con sus hechos que el capitalismo es sano. (Si son mala gente, demostrarán con sus hechos que el capitalismo es sano, pero que ellos son unos sinvergüenzas).

Por tanto, menos preocuparse por los hijos y más darles una buena formación: que sepan distinguir el bien del mal, que no digan que todo vale, que piensen en los demás, que sean generosos. En estos puntos suspensivos podéis poner todas las cosas buenas que se os ocurran.

Al acabar una conferencia la semana pasada, se me acercó una señora joven con dos hijos pequeños. Como también aquel día me habían preguntado lo del mundo que les vamos a dejar a nuestros hijos, ella me dijo que le preocupaba mucho más: qué hijos íbamos a dejar a este mundo.
A la señora joven le sobraba sabiduría, y me hizo pensar. Y volví a darme cuenta de la importancia de los padres. Porque es fácil eso de pensar en el mundo, en el futuro, en lo mal que está todo ..., pero mientras los padres no se den cuenta de que los hijos son cosa suya y de que si salen bien, la responsabilidad es un 97% suya, y si salen mal, también, no arreglaremos las cosas.

Y el Gobierno y las Autonomías se agotarán haciendo Planes de Educación, quitando la asignatura de Filosofía y volviéndola a poner, añadiendo la asignatura de Historia de mi pueblo (por aquello de pensar en grande) o quitándola, diciendo que hay que saber inglés y todas estas cosas. Pero lo fundamental es lo otro: los padres. Ya sé que todos tienen mucho trabajo, que las cosas ya no son como antes, que el padre y la madre llegan cansados a casa, que mientras llegan, los hijos ven la telebasura, que lo de la libertad es lo que se lleva, que la autoridad de los padres es cosa del siglo pasado. Lo sé todo. TODO. Pero no vaya a ser que como lo sabemos todo, no hagamos NADA.

P.S.
1. No he hablado de los nietos, porque para eso tienen a sus padres.
2. Yo, con mis nietos, a merendar y a decir tonterías y a reírnos, y a contarles las notas que sacaba su padre cuando era pequeño.
3. Y así, además de divertirme, quizá también ayudo a formarles.

jueves, 1 de julio de 2010

Ahora quiero ser santa

'Ahora quiero ser santa', dice la ex modelo Amada Rosa Pérez tras darle un vuelco a su vida
Hace unos días me encontré con 5 videos en youtube de la conversión de Amada Rosa Pérez. Me gustaron muchísimo lo que esta mujer (exmodelo) dice acerca de su vida y su conversión. Merece la pena verlos y escucharlos, porque se ve que la mano de Dios está presente en la vida de los hombres. “No se ha acortado la mano de Dios”. Debemos tener la esperanza de que Dios está ahí, que no nos ha dejado, y que actúa en la vida de los hombres, como lo hizo en la vida de Amada Rosa.

La que llegó a ser una de las modelos más cotizadas del país, que se paseaba por las pasarelas de Miami, Milán y Venecia desapareció, como si se la hubiera tragado la tierra. Sucedió hace 5 años.
Quienes la buscaban para saber qué había pasado se encontraban con la misma respuesta: 'Ella se volvió beata'.
En el 2009, Amada Rosa Pérez reapareció en un evento público en Medellín, con la misma timidez del principio, cuando quería ser modelo. Pero ya era otra: había sufrido una enfermedad que, poco a poco, le quitó el 40 por ciento de la audición en el oído izquierdo, se había convertido en una devota de la Virgen y una activista incansable de la comunidad religiosa Lazos de Amor Mariano. Incluso, se había cambiado de nombre: Amada Rosa de Jesús y María.
Vive en Bogotá, sola, o como ella dice, con Dios y la Virgen, y reza uno o varios rosarios durante el día.
¿En qué trabaja ahora?
Estoy haciendo un catálogo de artículos religiosos.
¿Qué pasó con el modelaje?
Ser modelo significa ser un punto de referencia, alguien cuyas actitudes son dignas de reproducir y yo me cansé de ser una modelo de superficialidad. Me cansé de un mundo de mentiras, apariencias, falsedad, hipocresía y engaños, una sociedad llena de antivalores, en la que se resalta la violencia, el adulterio, la droga, el alcohol, las peleas, un mundo que exalta las riquezas, los placeres, la inmoralidad sexual y el fraude. Quiero ser modelo de promoción de la verdadera dignidad de la mujer y no de su utilización comercial.
¿Cómo empezó la transformación?
Lentamente, por obra y gracia del Espíritu Santo. Empecé a cuestionar toda mi vida: me sentía inconforme, insatisfecha, sin rumbo, sumergida en satisfacciones pasajeras, pero siempre buscaba respuestas y el mundo jamás me las dio. Empecé a sentir una fijación por las camándulas; las usaba como accesorio. Recuerdo que estuve en Egipto, en la iglesia, y tuve una sensación de profunda paz y amor. Me di cuenta de que llevar puestas las camándulas no tenía ningún significado, entonces comencé a rezar el rosario a diario y volví a sentir esa paz.
Antes era una persona afanada, estresada, me alteraba fácilmente. Ahora vivo en paz, no me afana el mundo, disfruto cada momento que me ofrece el Señor. Voy a misa y rezo el santo rosario diariamente, al igual que la coronilla de la Divina Misericordia a las 3 pm. Me confieso con frecuencia ante un sacerdote.
¿Por qué cambió su nombre?
Cuando me bautizaron, era Amada Rosa Pérez Pérez. Después de conocer el amor de Dios me di cuenta de que era Amada Rosa de Jesús y María.
¿Cómo ve ahora el modelaje?
Creo que detrás del maquillaje, las luces y las pasarelas, muchas veces se esconden vidas profundamente vacías y tristes.
¿Es divertida su vida ahora?
Algunos pueden pensar que estoy loca... Bueno, la locura de Dios es más bella que la sabiduría de los hombres.
¿Se considera una beata?
Si por beata se entiende a una amargada, gruñona y aislada, entonces no soy beata. Si por querer ser santa recibo ese título, entonces que me llamen como deseen. Solo busco y lucho por la santidad.
Merece la pena que los veas. Son una verdadera clase de teologia testimonial y auténtica.