martes, 23 de marzo de 2010

El camino de la vida

El pasado jueves 17 de marzo y en el marco de la preparación de la solemnidad de San José, día del Seminario, se presentó en uno de los salones Caixa Galicia situado en la Rúa del Villar de Santiago de Compostela, el mediometraje “El Camino de la vida”.
D. Andrés Barbé, productor de la película y director de Formato producciones comenzó hablando del origen de esta idea, cuyos antecedentes están en querer acercar el Camino de Santiago como itinerario vocacional, a quienes en este año santo y en otras ocasiones lo recorran.
En esto mismo insistió D. José Mª Santana, director de la Asociación Social y Cultural Porta do Camiño, que es quien ha producido la película, y que agradeció a quienes han facilitado que este mediometraje se haya podido llevar a cabo.
Terminó la presentación el Obispo de Mondoñedo-Lugo Mons. Manuel Sánchez Monge que animó a los presentes y a quienes recorran el camino de Santiago a plantearse el sentido vocacional de su existencia, como se ve reflejado en la película.
"El Camino de la vida" es un mediometraje destinado a remover las conciencias sobre el verdadero sentido del Camino de Santiago, un sentido profundo de búsqueda interior, de fortalecimiento de la fe y de aceptación de la llamada a la vocación.
"El Camino de la vida" narra la historia de un grupo de jóvenes que haciendo el Camino de Santiago encuentran en él algo que buscan.
El protagonista es Germán, un estudiante de Física en Santiago de Compostela que tiene veinte años, inteligente y "triunfador", que haciendo el Camino se encontrará con una propuesta que no se espera. A la altura de O Cebreiro conoce a un grupo de jóvenes acompañados de Don Enrique, un sacerdote joven, de buen humor, que va en silla de ruedas por un accidente de tráfico.
La relación con este grupo, y especialmente con don Enrique, mueve en Germán y lo enfrenta a las grandes preguntas que él ha intentado eludir durante todo el camino: que Dios le pide algo, algo especial. Germán tendrá que enfrentarse a la decisión de renunciar a una vida "que le va muy bien" para lanzarse a una vocación que le asusta.
Dentro del grupo está Gloria, una chica bastante guapa por la que Germán se siente atraído -aunque ella tiene novio desde hace años-. Gloria tiene sus propias dudas y se plantea su propio camino.
Al final el grupo de chicos y chicas cambia gracias al camino. Germán encuentra algo que estaba buscando, un objetivo en su vida: responde a la llamada para el sacerdocio. Gloria -guapa, atractiva, con un trabajo y novio formal- seguirá un camino paralelo y probará en un convento de clausura de Monjas Mercedarias.
El camino aparece como la ruta que siguen los caminantes y como metáfora visual del recorrido interior que tienen que seguir en su vida, para plantearse y encontrar un sentido mayor.
Se puede enlazar con la página web de la película en El Camino de la vida. En esa página se puede encontrar el modo de conseguir la película, aunque ya adelanto que va a distribuirlas comercialmente Edibesa.
Te animo a que la consigas y la veas, vale la pena y es muy sugerente. Un saludo.

martes, 16 de marzo de 2010

Joven rico

Acabo de leer el mensaje del Papa con motivo de la próxima Jornada Mundial de la Juventud que este año que se celebra en la diócesis, y que nos prepara para la siguiente Jornada que será en 2011 en Madrid.
Benedicto XVI toma como referencia la Carta a los Jóvenes de Juan Pablo II de 1985 –que sigue siendo actual- y que entonces nos hizo mucho bien, y a mi particularmente me sirvió para hablar de vocación y de seguimiento del Señor en aquel entonces cuando comenzaba a vivir mi sacerdocio. Esa carta tenía como tema de fondo la escena del joven rico.
El joven rico es como el prototipo del joven actual, de aquel que se hace preguntas y no sabe qué responder; que tiene miedo a cuestionarse muchas cosas de la vida porque desconoce las respuestas, o porque tiene miedo a lo que le digan.

Recuerdo que André Frossard cuenta en un de sus libros, que en un encuentro con universitarios en La Soborna en el difícil año 1968, al acabar una de sus clases se le acercó un grupo de aquellos alumnos y le dijeron.
- Profesor, tenemos una pregunta que hacerle: ¿por qué vivir?
Dice Frossard que se paró en seco y se dio cuenta de que tenía que responder algo que les dejara convencidos, pero claro y concreto. Entonces se le ocurrió la siguiente respuesta-pregunta:
- Habéis formulado mal la pregunta, realmente tendrías que preguntaros: ¿por quién vivir?
Parece ser que fue suficiente para apaciguarlos y dejarles pensando, porque efectivamente el sentido de nuestra existencia está más allá de nuestros pobres horizontes personales, de un egoísmo que sólo mire para dentro, y no sepa encontrar en Dios y en los demás el sentido de nuestra vida.
Precisamente el Papa anima a pensar a los jóvenes en el sentido de la existencia mirando “a lo alto”, es decir, trascendiendo y no quedándose en lo limitado de lo que alcanza nuestra mirada:
Preguntarse sobre el futuro definitivo que nos espera a cada uno de nosotros da sentido pleno a la existencia, ya que orienta el proyecto de vida hacia horizontes no limitados y pasajeros, sino amplios y profundos, que llevan a amar el mundo, tan amado por el mismo Dios, a dedicarnos a su desarrollo, pero siempre con la libertad y la alegría que nacen de la fe y de esperanza. Son horizontes que ayudan a no absolutizar las realidades terrenas, sintiendo que Dios nos prepara una perspectiva más grande, y a repetir con san Agustín: “Deseemos juntos la patria celeste, suspiremos hacia la patria celeste, sintámonos peregrinos aquí abajo” (Comentario al Evangelio de san Juan, Homilía 35, 9). Teniendo fija la mirada en la vida eterna, el Beato Pier Giorgio Frassati, muerto en 1925 a la edad de 24 años, decía: “¡Quiero vivir y no vivaquear!”, y en la foto de una escalada, enviada a un amigo, escribía: “Hacia lo alto”, aludiendo a la perfección cristiana, pero también a la vida eterna.
Queridos jóvenes, os exhorto a no olvidar esta perspectiva en vuestro proyecto de vida: estamos llamados a la eternidad. Dios nos ha creado para estar con Él, para siempre. Ésta os ayudará a dar un sentido pleno a vuestras elecciones y a dar calidad a vuestra existencia.”.
Verdaderamente estamos llamados a la eternidad, a mirar a lo alto, pero me pregunto ¿nos enteraremos en algún momento?
Un saludo.

martes, 9 de marzo de 2010

Camineo

Tengo una profunda admiración al Camino Neocatecumenal, (aunque no es el camino por el que el Señor me ha llmado).
Además, tengo la fortuna de que algunas de mis hermanas, sobrinos/as, etc., están caminando y me han enseñado mucho de lo que ellos viven.
He participado con frecuencia, como presbítero, en ceremonias del Camino con las comunidades a las que pertenecen mis hermanas, y te puedo asegurar que cada vez me han edificado más. Una de mis sobrinas vive en Estados Unidos con su marido e hijos (4), como familia evangelizadora.
Ahora tengo la suerte de comenzar a colaborar en una página web (camineo.info) que aunque no es del Camino Neocatecumenal, si que tiene bastante relación, y es para mi un honor y un reto. Te animo a que la enlaces de vez en cuando porque aporta muchas cosas, y puede ayudar en tu camino de santidad cristiana.
Un saludo.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Cambios

Supongo que los que seguís el blog vais comprobando que en estos días he ido cambiando la plantilla, para conseguir alguna más atractiva..., voy a descansar ya y dejo la que acabo de "subir". Me parece bonita, teniendo en cuenta que blogger no ofrecen muchas que me gusten.
Pero me viene bien este comentario, para hablarte brevemente de algo que estos días estoy viviendo más detenidamente.
Estoy predicando una "tanda" de ejercicios espirituales a un grupo de sacerdotes, esto es como dar "miel al colmenero" (con decía San Josemaría Escrivá cuando tenía que predicar a sacerdotes). Te pido oraciones. Son muy majos y lo están haciendo muy bien. No se si el predicador está a la altura, lo dudo.
Hemos hablado de conversión, de cambiar de traje, de dar pasos de santidad..., es lo propio además de este tiempo de Cuaresma. La verdad es que en este país hay tantos temas de los que hablar, y por los que preocuparse: crisis económica, paro, desconfianza en los políticos (de un signo y de otro), crisis social, desgraciada ley del aborto recién aprobada, etc., etc., que hablar de conversión parece tontería, pero pienso que o empezamos por ahí, y cada uno de nosotros cambiamos, o no mejoramos el mundo en el que vivimos.
Además somos los sacerdotes quienes tenemos mucho que dar y aportar, no por nada, ni mucho menos por nuestros méritos, sino por la responsabilidad de ser iconos de Cristo en la tierra; así que si no somos mejores... Reza pos nosotros, que lo necesitamos.
Un saludo.