¿Es un absurdo? Parece imposible, impensable, fuera de lo normal, de lo correcto, de lo que la gente considera ordinario…, pero hay en esta vida muchas cosas imposibles que se hacen posibles. Vivimos en una época en la que nos parece imposible la heroicidad, salirnos de lo normal, de lo nuestro para hacer algo distinto o heroico por los demás.
He visto estos días de Carnavales muchos jóvenes vagando por las calles a primera hora de la mañana, después de una o varias noches de diversión (regadas con abundancia alcohol y probablemente de droga), y me he preguntado si realmente es posible lo heroico.
Me acordé de un pensamiento de Paul Claudel: “La juventud no es para el placer, sino para la heroicidad”; y volví a convencerme de lo que con tanta fuerza nos dijo el buen Papa Juan Pablo II: “Se necesitan heraldos del Evangelio expertos en humanidad, que conozcan a fondo el corazón del hombre de hoy, participen de sus gozos y esperanzas, angustias y tristezas, y al mismo tiempo sean contemplativos, enamorados de Dios. Para esto se necesitan nuevos santos”. Un saludo
jueves, 22 de febrero de 2007
lunes, 12 de febrero de 2007
Hasta que duela
Siempre me ha entusiasmado la vida, las palabras y la valentía de la Madre Teresa. Todos la entendemos, no creyentes y creyentes.
Seguramente habrás escuchado una de sus frases: "hay que amar hasta que duela". Dándole vueltas estos días a esas palabras, concluía que se podrían aplicar a otras muchas situaciones, y que deberíamos llegar en nuestras acciones positivas hasta eso, "hasta que duela". Enseguida me dí cuenta de que "perdonar hasta que duela" es heroico, pero que verdaderamente -lo puedes comprobar-, es entonces, -cuando perdonar duele-, el momento en que uno experimenta el verdadero amor, la verdadera felicidad. Si nos lo proponemos, y con la ayuda del de Arriba, uno puede intentar conseguirlo, y te aseguro que eso da una paz enorme. Como decía un escritor al que suelo leer con frecuencia, deberíamos "callar, trabajar, rezar, sonreír". Un saludo.
Seguramente habrás escuchado una de sus frases: "hay que amar hasta que duela". Dándole vueltas estos días a esas palabras, concluía que se podrían aplicar a otras muchas situaciones, y que deberíamos llegar en nuestras acciones positivas hasta eso, "hasta que duela". Enseguida me dí cuenta de que "perdonar hasta que duela" es heroico, pero que verdaderamente -lo puedes comprobar-, es entonces, -cuando perdonar duele-, el momento en que uno experimenta el verdadero amor, la verdadera felicidad. Si nos lo proponemos, y con la ayuda del de Arriba, uno puede intentar conseguirlo, y te aseguro que eso da una paz enorme. Como decía un escritor al que suelo leer con frecuencia, deberíamos "callar, trabajar, rezar, sonreír". Un saludo.
lunes, 5 de febrero de 2007
El alma en calma
Transcribo unas frases que leí hace unos días, por si te sirven y te hacen pensar:
- "Lo necesario para ir acariciando ciencia es mucha paz, suficiente belleza y bastante tiempo ahorrado" (Luka Brajnovic);
- "Un solo pensamiento del hombre vale más que todo el mundo; por tanto, sólo Dios es digno de él. Para lo insensible, lo que no sientes; para lo sensible, el sentido; y para el espíritu de Dios, el pensamiento" (San Juan de la Cruz);
- "EL AMOR es el mayor enemigo de la prisa" (Conrad, en El espejo del mar);
- "Despacito y buena letra: que el hacer las cosas bien importa más que el hacerlas" (Antonio Machado).
Te añado yo: ¡Guerra a las prisas!, serenidad, calma, paz, ausencia de agitación, de intranquilidad, de ruido, de cólera, de precipitación, etc... ¿seremos capaces de conseguirlo en este mundo que no para?
Ya ves, el ser capaces de pararnos suponde tener tiempo del alma para -a pesar de la agitación del ambiente- no dejar de contemplar la Belleza y el Bien. Un saludo
- "Lo necesario para ir acariciando ciencia es mucha paz, suficiente belleza y bastante tiempo ahorrado" (Luka Brajnovic);
- "Un solo pensamiento del hombre vale más que todo el mundo; por tanto, sólo Dios es digno de él. Para lo insensible, lo que no sientes; para lo sensible, el sentido; y para el espíritu de Dios, el pensamiento" (San Juan de la Cruz);
- "EL AMOR es el mayor enemigo de la prisa" (Conrad, en El espejo del mar);
- "Despacito y buena letra: que el hacer las cosas bien importa más que el hacerlas" (Antonio Machado).
Te añado yo: ¡Guerra a las prisas!, serenidad, calma, paz, ausencia de agitación, de intranquilidad, de ruido, de cólera, de precipitación, etc... ¿seremos capaces de conseguirlo en este mundo que no para?
Ya ves, el ser capaces de pararnos suponde tener tiempo del alma para -a pesar de la agitación del ambiente- no dejar de contemplar la Belleza y el Bien. Un saludo
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