Etty Hilesum era una joven judía muerta en Auschwitz en septiembre de 1942. Una vida parecida a la de Anna Frank. Su historia se desarrolla en Holanda durante la persecución nazi contra los judíos. Etty descubre en esas circunstancias a Dios, la presencia de Dios en su interior, y por lo tanto su libertad interior que nadie le podrá arrancar. Escribe lo siguiente:
"Esta mañana, paseando en bicicleta por Stadionkade, he disfrutado del amplio horizonte que se descubre desde los alrededores de la ciudad, mientras respiraba el aire fresco, que todavía no nos han racionado (...) por encima de ese poquito de carretera que nos queda permitido, se extiende el cielo entero. No pueden nada contra nosotros; absolutamente nada. pueden hacernos la vida muy dura, pueden despojarnos de algunos bienes materiales, pueden quitarnos la libertad exterior de movimientos...; pero es nuestra lamentable actitud psicológica la que nos despoja de nuestra mejores fuerzas: la actitud de sentirnos perseguidos, humillados, oprimidos; la de dejarnos llevar por el rencor; la de envalentonarnos para ocultar nuestro medio. Tenemos todo el derecho de estar de vez en cuando tristes y abatidos, porque nos hacen sufrir: es humano y comprensible. Y sin embargo, la auténtica expolición nos la infligimos nosotros. La vida me parece tan hermosa..., y me siento libre. Dentro de mí el cielo se despliega tan grande como el firmamento. Creo en Dios y creo en el hombre, y me atrevo a decirlo sin falsa vergüenza (...) soy una mujer feliz y ¡sí!, me vuelco en alabanzas a esta vida en el año del Señor (hoy y siempre del Señor) de 1942".
Estoy totalmente de acuerdo con lo que Etty dice..., me conmueve leerlo, y pienso que si alguien sabe de libertad, de la verdadera libertad, son quienes han pasado por estas circunstancias. Un saludo.