Quizás hayas oído ya esta historia. Te la cuento porque me gustó y me hizo pensar. Espero que te ayude a pensar en ti y en los demás.
Un joven estaba muy decepcionado de la vida. Su amargura absoluta era por la forma tan inhumana en que se comportaban todas las personas. Parecía que ya a nadie le importaba nadie.
Sucedió que un día dando un paseo por el monte, vio sorprendido que una pequeña liebre le llevaba comida a un enorme tigre malherido que no podía valerse por sí mismo. Le impresionó tanto al ver este hecho, que regresó al siguiente día para ver si el comportamiento de la liebre era casual o habitual.
Con enorme sorpresa pudo comprobar que la escena se repetía: la liebre dejaba un buen trozo de carne cerca del tigre. Pasaron los días y la escena se repitió de un modo idéntico, hasta que el tigre recuperó las fuerzas y pudo buscar la comida por su propia cuenta. Admirado por la solidaridad y cooperación entre los animales, se dijo: - "No todo está perdido. Si los animales, que son inferiores a nosotros, son capaces de ayudarse de este modo, mucho más lo haremos las personas."
Así que el joven decidió rehacer la experiencia... se tiró al suelo, simulando que estaba herido, y se puso a esperar que pasara alguien y le ayudara. Pasaron las horas, llegó la noche y nadie se acercó en su ayuda. Siguió así durante todo el día siguiente... y el siguiente... así que decidió no seguir. Sentía dentro de sí toda la desesperanza del hambriento, la soledad del enfermo, la tristeza del abandono, su corazón estaba devastado, casi no sentía deseos de levantarse.
Entonces allí, en ese instante, estando más decepcionado que al inicio, con la convicción de que la humanidad no tenía el menor remedio, oyó una voz con mucha claridad,... era una voz, muy dentro de él, que decía: - "Si quieres encontrar a tus semejantes, si quieres sentir que todo ha valido la pena, si quieres seguir creyendo en la humanidad... deja de hacer de tigre y simplemente sé la liebre.".
"El compromiso para dar una contribución personal ante las necesidades de este mundo es una gran cosa...buscad las ocasiones para hacer el bien; el mundo necesita esta voluntad, necesita este compromiso", dice el Papa, ¡buen comentario para esta historia!
Habitualmente estamos acostumbrados a hacer sólo lo que nos gusta, y como la caridad exige sacrificio, lo normal es que lo dejemos para otro momento, que difícilmente llegará.
Pensemos si estamos dispuestos a hacer el bien, no importando en que estado de ánimo ni las ganas que tengamos. Qué fácil nos sale el "pues va a ser que no" cuando nos piden un favor.
Siempre hay dos posibilidades: hacer las cosas por y para nosotros o por y para los demás.
Si obramos por amor, buscaremos siempre agradar a Dios y a los demás.
El gran peligro de la vida es vivir para nosotros olvidándonos que hemos de vivir por amor.
Nada más contrario al amor que el egoísmo. Un saludo.
6 comentarios:
Me parece un artículo brillante, felicidades.
Realmente nos hace pensar en que postura estamos a la hora de prestar un servicio a los demás. Y como estamos dispuestos a responder a Dios mediante el trato con nuestros semejantes. Ojala que todos seamos como la liebre a la hora de responder a nuestros compromisos.
Animo con los artículos.
Y es que la mayoría de los problemas que tenemos surgen de hacernos el tigre, nos observamos demasiado el ombligo y resulta que acabamos sintiéndonos como calimero, "unos incomprendidos" y pasándolo fatal. Cuando probamos la opción b) estar pendiente del que tengo cerca, de lo que necesita, de lo que le hace reir, etc, normalmente acabamos riéndonos más, pasándolo mejor y curado del mal de la incomprensión. Un saludo
Qué bonito padre Javier. Yo estoy en fase tigre, así que muchas gracias por su colaboración. Me recuerda a la historia del..."¿y qué hace Dios con todas las desgracias que pasan en el mundo, ahí sentado, mirando, cruzado de brazos...? y dice Dios: Te hice a ti".
Un superbeso al padre Javier de mis entrañas y a todos los demás uno chikitin, desde las montañas más maravillosas que existen en el mundo. Muaks
gracias caminante. Espero verte pronto. Un abrazo
chapelius llevas toda la razón en lo que dices... no hay que mirarse tanto y mirar más a los demás... seremos más felices. Un saludo
gracias duquesa, ¿sabes algo de coquelia? la echamos de menos... que disfrutes en las montaña. Un abrazo
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