martes, 3 de marzo de 2009

El buen humor

Cuentan que Santo Tomás Moro, al pie del cadalso (había pasado unas "vacaciones" pagadas por Enrique VIII en la Torre de Londres), le dijo al oficial que dirigía la ejecución y que tenía una actitud sumamente seria:
- ¿Puede ayudarme a subir?, porque para bajar, ya sabré valérmelas por mí mismo.
Poco después, como el rey le había prohibido hablar en su ejecución, sólo le pudo decir al verdugo:
- Fíjese que mi barba ha crecido en la cárcel, es decir, ella no ha sido desobediente al rey, por lo tanto no hay por qué cortarla. Permítame que la aparte".
Esas fueron sus últimas palabras, cargadas de humor en un momento lleno de dramatismo, como era la propia ejecución. Es el buen humor de lo santos, que saben colocar sus propios asuntos bajo la lente de lo absurdo, pues se dan cuenta de que Dios es la única realidad por la que merece la pena vivir. El santo no tiene miedo, ha aprendido a dejar su vida en manos de Dios.
Estamos viviendo momentos de preocupación constante y, en algunos sitios, de verdadera angustia. Sin dejar de poner los medios que están a nuestra alcance para salir de esa situación, ¿no será bueno que aprendamos a relativizar un poco más las cosas? Dios es Padre y no nos deja si nosotros nos volvemos constantemente a El. Pienso que debemos aprender a reírnos (sin hacer comedia) de las situaciones por las que pasamos, de modo que no les demos demasiada importancia, porque en realidad, no la tienen.

Un saludo

4 comentarios:

Anónimo dijo...

De Tely

Saludos afectuosos.

Pensaba P. Javier, lo certero que eres en tus temas.

Puerto Rico está pasando por un momento económicamente hablando. Aunque también en otros renglones.
El gobierno hoy presentará la drásticas medidas que tomará para sacar al país del atolladero en el que se encuentra. Una de las medidas, será el despido de miles de empleados públicos{ Se habla de hasta 40,000, empleados), eso sin contar las demás medidas que nos afectarán directamente.

El pueblo está en tensión, y no es para menos.

En cuanto a lo personal. Me he tenido que salir del trabajo un mes por el fondo ,por el epasmo que tengo muscular en la espalda y por los problemas que confronto con mi directora, los cuales han afectado un poco mis nervios.

En la última reunión que ofreció presentó como reflexión una lectura sobre la importancia de sonreir , aun en momentos drásticos. Y, yo, pensaba en la irronía de aquella lecturita: Te dicen que sonries, mientras hacen de ti papilla.

Pero, en cierta forma, tiene lógica ,padre. Cuando uno cree en Dios, la confianza debe ser plena en El. Si Dios está conmigo, quien puede contra mí?

No hay nada más hermoso que la fe. Yo estoy segura, que nada me puede pasar, sin que Dios así lo disponga. Hay que rogarme mucho al Espíritu Santo, para que nos conceda el don de la perseverancia. Para que nos mantengamos firmes en medio de la tempestad.

Gracias P. Javier y demás que leen.

Un abrazo, Tely

Anónimo dijo...

Hola a todos! Me encanta lo que has escrito de Tomás Moro ¡es increíble que ante la muerte se pueda tener tanto humor!los santos son así porque el buen humor y el Amor son indisociables.
Estoy contigo y con Tely en lo que decís de la confianza en Dios.Pase lo que pase es esencial apoyarse en la fe en Dios Padre pues es cierto que Dios es nuestro Papá todopoderoso que si permite el sufrimiento no permite nuestra destrucción, siempre está con nosotros para ayudarnos si le dejamos, se conmueve ante nuestros sufrimientos.Un versículo de la Escritura dice que el Señor no soportó el sufrimiento de su pueblo, comparto esto porque es una verdad consoladora. Es verdad que TODO ES PARA EL BIEN DE LOS QUE AMAN A DIOS. Teniendo a Dios como Padre podemos relativizar nuestros sufrimientos porque Él lleva a buen puerto nuestra vida incluso cuando todo parece ir mal.Comparto una frase que a mi me ayuda, alguien me la dijo en un momento de gran sufrimiento: cada minuto de nuestra vida es historia de salvación.SALUDOS.María.

Unknown dijo...

Gracias Tely y Maria por vuestros comentarios

Anónimo dijo...

San Mauro queixouse do seu baño, por frío, antes de ser fervido. O sultán que o condenaba meteu a man e escaldouse. Antonio Noriega Varela, seminarista Mindoniense que acabou sendo mestre e o "poeta da montaña", ante a rotura dun vaso sanguíneo que lle causou unha apoplexía e o dictame médico (rotura dun vaso) dixo con gran humor: "Ai señor, eu creo que rompeu toda a cristalería..." O mesmo Noriega Varela, morrendo, un momento antes de expirar, estando xa viudo, levantou o dedo e sinalou a foto da súa difunta muller e dixo, a toda a familia: "Su desconsolada esposa..." E morreu.

Ante a morte Humor de Fillo de Deus, sabendo que onde el estea, participaremos da súa Eterna Alegría.