Esta ausencia ha sido "demasié". Realmente no puedo justificarlo, porque han sido muchas cosas. Nunca pensé en dejar el blog. Tengo que decir que ha sido muy difícil sacar esos momentos para escribir y trasmitir mis experiencias.
Ahora quiero retomarlo, aunque la frecuencia sea incierta; espero poder escribir cada semana al menos, y si hay suerte incluso más.
Dentro de unos días, es posible que pueda ver la película que Roland Joffé va a estrenar, y en la que uno de los personajes principales es San Josemaría (tengo que decir que tuve la fortuna -para mi un regalo- de conocer a San Josemaría en vida). Hoy he leído una entrevista que le hace, y que adjunto para que os vayáis haciendo una idea.
A ver si todo esto sirve para que vayamos al cine el día 25 de marzo que se estrena. Un saludo. Por cierto, en algunas cosas no coincido con Joffé, pero no he querido quitar ninguna de sus opiniones.
Roland Joffé gesticula mucho mientras conversa. Lo hace rápido y frunciendo permanentemente el ceño. Dispara las palabras con confianza, es rotundo y su mirada es plácida. Se le nota cómodo ante los periodistas. No en vano, tiene experiencia en la dura labor de lanzar una película (es el director, entre otras, de La Misión, 1986) y sabe de la importancia de este trabajo, una obviedad que muchos actores y directores parecen desconocer. Su próximo trabajo, que se estrenará el 25 de marzo, va a dar que hablar. Encontrarás dragones (There Be Dragons) es un biopic centrado en la figura de Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei. A pesar de que Joffé es agnóstico, la cinta está financiada en gran parte por miembros de la organización religiosa. Y da la sensación de que su opinión sobre el personaje no es la misma que antes de adentrarse en este proyecto.
P.- ¿Ha sido libre para contar lo que quería en Encontrarás dragones o el productor ejecutivo, Ignacio Gómez Sancha, miembro supernumerario del Opus Dei, le ha condicionado?
R.- ¿Quieres decir que si he sido un robot del Opus Dei? ¿Sugieres que he podido ser manipulado en la sombra? Pues no. La gente ve fantasmas donde no los hay. ¿Por qué inquieta tanto el Opus? No tengo la respuesta, pero no soy del Opus y eso no me impide que me interese conocerles. También los Jesuitas hace doscientos años o los judíos hace cien inquietaban a muchos. Me he acercado a conocer lo que es el Opus y creo que mucha gente tiene una idea equivocada de ellos por desconocimiento. ¿Que influyen o tratan de influir en la Iglesia Católica? Pues sí, supongo, me parece lógico, es lo que pretenden todas las organizaciones eclesiásticas. Pero si quieres saber si he tenido libertad para escribir y rodar lo que he querido te respondo claramente: “sí”. Es mi película, no la película del Opus. Esta es mi historia, no han cambiado nada. Me atrevo a decir que un director tiene menos independencia cuando trabaja para una major que en una película que se produce como se ha producido esta.
P.- ¿Cómo se ha financiado la película?
R.- Yo soy uno de los productores, pero no soy la persona idónea para responder a esta pregunta. Ha habido muchos inversores a título individual. Creo que más de cien personas.
P.- ¿Todos del Opus?
R.- Pues no lo creo, pero no lo sé, no me ha interesado saber eso. Una cadena de televisión española [Antena 3] ha comprado los derechos. ¿Es del Opus? No creo. Y aunque fueran todos del Opus, no todos allí piensan igual. A mí me han parecido gente normal, al menos los que he conocido. Y mi productor ejecutivo ha sido magnífico. Tiene enorme mérito, porque nunca antes había hecho una película y debuta con una producción de una gran envergadura. E insisto en que no me ha condicionado en mi trabajo, sabía a quién contrataba y para qué.
P.- ¿Le atrae el cristianismo a usted, un agnóstico?
R.- Las claves del mensaje del cristianismo son el amor y el perdón. Y me parece interesante, me gusta esa ausencia de exclusión: nadie se encuentra fuera de él. Muchos hablan de la verdad y es algo estúpido, porque no hay una sola verdad, están tu verdad y mi verdad.
P.- ¿De qué trata Encontrarás dragones?
R.- Es una película sobre el perdón y la reconciliación; sobre cómo traer el amor al mundo; sobre la ausencia de amor y sobre cómo el vacío que deja éste lo ocupan cosas terribles como el miedo, el odio o la desesperación. Es una película sobre la santidad, sobre la experiencia religiosa no solo en las iglesias, sino en el día a día. Lo que me gustó de Josemaría es su convicción de que para ser santo no tienes que retirarte a un convento ni ser cura, sino que es algo a lo que puede llegar cualquiera: la gente normal y corriente. Esto me parece hermoso.
P.- Extraña que no diga usted que es una película sobre la Guerra Civil española…
R.- Bueno, es que no es así, aunque evidentemente durante la Guerra Civil se desarrolla buena parte de la acción. En ese sentido, la Guerra es un símbolo. En las guerras salen siempre a relucir lo mejor y lo peor de los seres humanos. La guerra española tuvo mucho eco en todo el mundo. Pero no la afronto con una visión ideológica. Quizá muchos en España se pueden dar cuenta de que sólo conocen una parte de lo ocurrido. Quizá todo fue mucho más complejo de lo que nos dice la historia. Según refleja mi película, la gente podrá ver cómo personas que eran enemigas, que luchaban en bandos diferentes, con diferencias aparentemente irreconciliables, se movían en realidad por razones ideológicas muy parecidas. He tratado de plasmar en la película el deseo de reconciliación. Me gustaría que se hablara de la Guerra con posiciones menos sesgadas. No hay nunca una sola verdad. España ha dado vueltas a un círculo criminal y la idea del individuo que está equivocado o no, del fanatismo, es crucial.
P.- ¿Es la visión de un hombre de izquierdas?
R.- La izquierda y la derecha tienen una visión de lo ocurrido que me parece sesgada, parcial. Por eso es bueno tratar de leer y escuchar a las dos partes para conformarse cada uno su propio criterio. Y analizando todo no desde el odio, sino desde la comprensión.
P.- Sabe que va a ser una película polémica, ¿verdad?
R.- Me gustaría que no fuera al cine sabiendo con posiciones apriorísticas: unos con me gusta el Opus, los otros con que no; unos con que Josemaría era horrible, los otros con que era un santo; unos diciendo que el director es de izquierdas, los otros con que no lo es. Os gusta mucho a los españoles poner etiquetas. La vida tiene matices, no siempre las cosas son blancas o negras, no se ha de estar en un extremo u otro.
P.- Hay una secuencia en la que una joven que se confiesa con Escrivá en un parque por temor a entrar en una iglesia le besa al terminar la confesión. ¿Le preocupa cómo puedan reaccionar a esa escena los más conservadores?
R.- Se habrá fijado en la edad de la chica. Es verdad que él es un cura, pero es un chico joven. Es cura, sí, pero es un ser humano, como ella. Josemaría es humano, pero sabe que es un sacerdote que no dice “no” al sexo porque lo considere algo malo, sino porque ha optado por ese camino, por ser cura. Es un momento muy humano de la película y es importante para la historia que he querido contar. Es una expresión de humanidad. Me gusta esa escena, sí. La película tiene esos momentos privados, de espiritualidad, en los que se llora y se ve a gente joven que va a matar a un cura, y se perciben sentimientos trágicos, terribles en los unos y en cómo lo sufren los otros. He tratado de ser honesto.
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