lunes, 15 de enero de 2007

La mirada de la Providencia


Lo he leído hoy y me ha hecho pensar. Te lo copio para hacerte partícipe de algo que seguro que te ayudará. El autor es conocido: Romano Guardini, filósofo católico que enseñó en Alemania, y que forma parte de la filosofía del Personalismo. En otro momento te cuento más de este gran hombre. Vale la pena que lo leas y medites, y si lo comentamos, ¡mejor todavía!
"La palabra providencia nos dice que en todo acontecimiento hay una mirada, y que contemplando soy precisamente yo. Dice, además, que hay una previsión para todo lo bueno en relación a lo que me rodea. Hay, pues, unos ojos que todo lo ven y a los que no se escapa nada de cuanto me puede hacer daño o me puede ser útil, unos ojos que me observan continuamente y que notan la caída de cualquiera de los cabellos de mi cabeza, y ven sus consecuencias, teniendo en cuenta, precisamente, mi propio bien. Esta palabra refleja además que hay una intención, un corazón, una preocupación en todos los acontecimientos y, sobre todo, un poder más fuerte que todos los poderes del mundo, capaz de realizar todo lo que piensan aquel corazón y aquella preocupación".
Espero tus comentarios.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Hola. Ese texto lo leí hace unos días en Magnificat y lo que más me gustó es que, por fin, pude imaginarme la Providencia como unos ojos, un corazón y una voluntad omnipotente.
Enhorabuena por el blog, me encanta.

Unknown dijo...

Querida Montse. Me alegra que te guste el blog, y que te ayude, si fuera así. Efectivamente saqué ese comentario del "Magnificat", porque también yo lo utilizo, y me ayuda muchisimo. ¿No te parece que es mejor ver a EL en su Humanidad sin dejar de contemplar su Divinidad? Pero precisamente El ha estado con nosotros (y está), y ha sufrido como nosotros, para que nos sea mucho más sencillo acercanos a El.
Aporta todo lo que quieras, pues ciertamente comencé el blog para que fuera un foro, en especial sobre los jovenes, testimonios de vidas sencillas y desconocidas, pero heroicas, y para que pensemos y contemplemos un poquito más. ¡Cuento contigo!