domingo, 28 de octubre de 2007

La importancia de escuchar a los demás. Medio siglo


Así fue. Ayer pasé de los 50..., como se dice hoy ¡qué fuerte!
Pero, es curioso, aun a estas "edades", uno aprende y mucho , en especial escuchando y mirando, contemplando.
Hace unos días una persona a la que estimo mucho, me dijo que estaba comenzando a leer el libro "El regreso del hijo pródigo", que te recomiendo, pero que antes de comenzar a leer, se había pasado unos días simplemente contemplando el cuadro que ilustra el libro, el famoso de Rembrandt, con el fin de apreciar más lo escrito. Pienso que le servirá y mucho, y sobre todo, porque ha tenido la paciencia de contemplar, de mirar.
Sobre lo de aprender, también te contaré que hace ya tiempo tuve una experiencia sencilla, pero que a mí me enseñó mucho, al menos me hizo pensar. Se desarrolló en el colegio que atiendo, Montespiño. Tuve la oportunidad de estar hablando un ratillo con una persona importante de 12 años, no importa el nombre, importa ella, y sobre todo importaba el asunto que nos reunía, porque era "su asunto", lo que en ese preciso momento a ella le caía encima. La escuché (importancia de saber escuchar y mirar), procuré mirarla y entender su problemilla (para muchos hubiera parecido una tontería), pero para ella era crucial y era lo que quería resolver, por ello pedía consejo. Salimos los dos tranquilos y seguros de que se iba a resolver todo, no porque ya estuviera resuelto, sino porque estaba compartido. Una vez más entendí la importancia de escuchar, de mirar, de atender, de comprender, quizás sin decir nada, simplemente siendo parte de la solución de muchos de los problemas grandes y pequeños que todos tenemos.
Me acordé de que hace ya bastantes años ¡menos de 50! hablaba yo de vez en cuando con un sacerdote mayor que simplemente me escuchaba, me miraba y me sonreía; no recuerdo consejos concretos que me diera, sólo que me escucha. Te aseguro que salía reconfortado de aquellas conversaciones. Cuánto aprendí de aquel hombre, y así procuro hacer con los demás. Un saludo, y espero que el siguiente post no tarde otros 50.

martes, 16 de octubre de 2007

Testigos de la Fe



Me enviaron este vídeo hace unos días, y no me he resistido a ponerlo en el blog para que puedas verlo y meditarlo. Tienes más información a respecto en la página de la Conferencia Episcopal Española, en un enlace sobre la Beatificación de los mártires.
Pienso que son un ejemplo de vida y de fe. Vivieron y murieron por su Fe, sin mezclas de banderas política. Esta es la "verdadera memoria histórica", y no otras "memorias histéricas" que pretender levantar, removiendo el pasado.
Si recordamos a nuestros mártires es para agradecer el ejemplo de quienes murieron perdonando de verdad, sin dar lugar a recuerdos que levantan el polvo del rencor y la discordia.
Ojalá sirva para que siga siendo realidad aquello de la "la sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos"

viernes, 12 de octubre de 2007

Dios en China

Hace unos día tuve la suerte de ver un reportaje bien hecho sobre la situación de los creyentes en China, y digo "creyentes" porque se hablaba de todos los que creen en Dios, rezan, etc., ya sean católicos, budistas, musulmanes, protestantes, ortodoxos, etc.
Es impresionante ver ese inmenso mundo en que cientos de millones de almas no conocen a Dios, y en el que unos pocos creyentes se abren camino defendiendo su fe en las catacumbas, perseguidos y apartados de la sociedad y de cualquier bien: casa, trabajo, sanidad, etc., por el simple hecho de ser creyentes.
Coincidió con que un buen amigo mio sacerdote (prefiero no desvelar su nombre para evitarle mayores males), me escribió una conmovedora carta contando algunas experiencias que había vivido allí. Te trascribo unos párrafos:

"Llegué a esa gran ciudad, y me hospedé en casa de un amigo. Al día siguiente el primer contacto me esperaba ya en un lugar de la ciudad. En realidad no sabía ni el nombre ni el lugar donde iríamos luego por seguridad. Se trataba de un seminario clandestino.

Unos cuantos seminaristas y varios sacerdotes en lo que era una antigua fábrica. El lugar decían que era seguro que no les habían molestado demasiado. Una gran austeridad, y una vida sencillísima pero llena de alegría y de piedad. Allí di unas clases y charlas, celebré y prediqué cada día en la Misa y todo eso sin salir del lugar. Qué ganas de formarse, de saber. Sin medios, un libro de filosofía que sirve hoy para mi mañana para ti. Impresionante. Los sacerdotes todos los días a las 5.30 ya estaban de rodillas haciendo la oración ante aquel sagrario tan sencillo pero tan acompañado por el cariño y las visitas de todos. Cuantos sagrarios más ricos y artísticos estarán más solos y abandonados.

Después de tres días y medio dejé aquel lugar con nostalgia y dando muchas gracias a Dios por lo que había vivido con aquellos hermanos nuestros que como bien me dijeron: no somos clandestinos, vivimos en la luz y queremos ser fieles a la Iglesia y al Papa. Emocionante. (...)

En un piso de una familia católica se había organizado un retiro para un grupo de chicas. Son mujeres jóvenes con deseos de entrega y apostolado pero sin ayuda ni mucha formación pero buenísimas. Todas jóvenes y con deseos de crecer interiormente. Aquella experiencia me marcó fuertemente. Aquellas misas en el comedor de la casa tenían una presencia tan especial del Señor que cada día venía, nunca mejor dicho escondido, pero con deseo de manifestarse a todos. (...)

Por la noche mi amigo me invitó a ir con él para visitar a sus feligreses en una reunión clandestina en un lugar del campo con los cristianos que más colaboran y ayudan en la pastoral. Es increíble pero la Iglesia en su original clandestinidad funciona con una gran vida. Hay misas en las casas, reuniones, etc...

Aquella noche fue inolvidable. Habría unas cincuenta personas. Una bombilla apenas iluminaba aquel lugar que estaba lleno de luz y entusiasmo en el corazón de todos. Yo les hablé del amor a la Iglesia, de la comunión eclesial y del apostolado. Que paradoja a unos cristianos que viven así por ser fieles a la Iglesia. Fue maravilloso. Al final rezamos con gran entusiasmo por las intenciones del Papa.

China no cabe duda que es un gran país, es un continente. Cuanto hay que rezar ahora especialmente por la libertad y la reconciliación de la Iglesia."

En fin, creo que estas palabras lo dicen todo. Sólo me pregunto si nosotros católicos o creyentes occidentales que gozamos de toda la libertad del mundo, hemos olvidado la fuerza de la fe de nuestros hermanos perseguidos. Seguro que podemos rezar más por ellos, y acompañarles con la fidelidad a nuestra fe. Un saludo.

miércoles, 10 de octubre de 2007

Apreder a compartir

COMPARTIR

En una ocasión, por la tarde, un hombre vino a nuestra casa, para contarnos el caso de una familia hindú de ocho hijos. No habían comido desde hacía ya varios días. Nos pedía que hiciéramos algo por ellos. De modo que tomé algo de arroz y me fui a verlos. Vi cómo brillaban los ojos de los niños a causa del hambre. La madre tomó el arroz de mis manos, lo dividió en dos partes y salió. Cuando regresó le pregunté: qué había hecho con una de las dos raciones de arroz. Me respondió: "Ellos también tienen hambre". Sabía que los vecinos de la puerta de al lado, musulmanes, tenían hambre. Quedé más sorprendida de su preocupación por los demás que por la acción en sí misma. En general, cuando sufrimos y cuando nos encontramos en una grave necesidad no pensamos en los demás. Por el contrario, esta mujer maravillosa, débil, pues no había comido desde hacía varios días, había tenido el valor de amar y de dar a los demás, tenía el valor de compartir. Frecuentemente me preguntan cuándo terminará el hambre en el mundo. Yo respondo: Cuando aprendamos a compartir". Cuanto más tenemos, menos damos. Cuanto menos tenemos, más podemos dar. (Madre Teresa de Calcuta)

Siempre que leo o recuerdo este suceso de la Madre Teresa me lleno de vergüenza, y me pregunto si en algún momento aprenderemos esta enseñanza que, en el fondo, es un reflejo de la grandeza del hombre, hijo de Dios, y hecho a imagen y semejanza de Dios. ¿Acabaremos creyendo alguna vez eso de que somos imagen de EL? Un saludo.