"Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad,
¿quién soy yo para juzgarla? El Catecismo de la Iglesia católica explica
de manera muy bella esto, dice... Un
momento, cómo se dice... y dice:
«no se debe marginar a estas personas por eso, deben ser integradas en
sociedad». El problema no es tener
esta tendencia; no, debemos ser hermanos, porque éste es uno, pero si
hay otro, otro. El problema es hacer
el lobby de esta tendencia: lobby de
avaros, lobby de políticos, lobby de
los masones, tantos lobby. Este es el
problema más grave para mí. Y le
agradezco mucho la pregunta. ¡Muchas gracias!".
¿Quien soy yo para juzgarla? Me ha impresionado mucho la respuesta del Papa Francisco, por lo valiente, abierta y clara que ha sido. Pero lo que más me ha conmovido es el final en el que le da las gracias al periodista por hacerle esta pregunta. Se atreve a responder a preguntas "a quemarropa", y da las gracias.
Yo doy gracias a Dios por el Papa que tenemos.
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