viernes, 22 de diciembre de 2006

Abrir el Corazón I


Recientemente el Papa ha recordado unas palabras de San Máximo de Turín, Obispo que vivió entre los siglos IV y V: «El tiempo nos advierte de que la Navidad de Cristo Señor está cerca. El mundo, con sus mismas angustias, habla de la inminencia de algo que lo renovará, y desea con una espera paciente que el esplendor de un sol más fúlgido ilumine sus tinieblas… Esta espera de la creación también nos lleva a nosotros a esperar el surgimiento de Cristo, nuevo Sol» (Sermón 61a, 1-3). Y se preguntaba el Papa si realmente el mundo lo espera, o vive al margen de su venida y lo considera como un obstáculo. Concluía Benedicto XVI que realmente el mundo espera un salvador, pero que nuestra actitud ha de ser la de espera vigilante y orante, como los protagonistas del momento del nacimiento de Cristo. Añado parte de una poesía de Navidad que te puede ayudarte. En la próxima cita te pondré el resto. Feliz y Santa Navidad.

Aquella noche la Ciudad dormía,
no había luces de fiesta,
sólo el bullicio de quienes
están al lado de lo Sublime
y no se enteran.

Ella era portadora del Amor,
Custodia de la Salvación,
Pregonera de la Palabra todavía
Muda, y quienes la oyen,
no le abren la puerta.

Dolor de la Madre Virgen
que sólo Le puede ofrecer un pesebre,

"porque no había lugar para ellos en la posada";

dolor convertido en Amor en su regazo,
envuelto en pañales.

Asómbrate ante el Amor Niño,
acompáñale en la Noche fría,
quédate quieto, de pié, firme;
olvida ahora tus inquietudes,
y contempla sin prisas, poco a poco, al Dios inerme.



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