Hace una semana Paloma tuvo la fortuna de recibir por vez primera la Comunión. Estaba radiante, guapísima. Se le notaba la mirada y la sonrisa feliz, llena de vida y de sencillez.
Te aseguro que esa felicidad no era por los regalos que más tarde fue abriendo con cara de sorpresa uno a uno. Su cara de asombro y de alegría tuvo su momento culmen cuando recibió y abrió su interior al mejor Regalo de todo el día; fue en el preciso momento en que Dios Espíritu Santo entró en su alma limpia.
Un día antes estuve hablando con ella.
- Paloma ¿qué le vas a pedir cuando Le recibas por primera vez? Me miró contenta y con cara de complicidad, y hasta un poco asustada, porque pensaba que le estaba haciendo un examen para averiguar si se sabía todo o no, y me dijo:
- Hace unos días escuché a un sacerdote que nos contaba que cuando él recibió a Jesús por vez primera le pidió su vocación. (Paloma es muy inteligente y con siete años, capta todo lo que escucha, lo medita y se lo guarda en el corazón).
- Y tú ¿qué vas a decirle?, le dije.
Se quedó pensativa unos segundos, pocos, y me miró con una sonrisa hermosísima que manifestaba que lo que me iba a decir era verdad, era algo que tenía muy dentro, que me hacía partícipe de su verdadero secreto.
- Pues..., yo he pensado que ¡le voy a pedir lo mismo!
Te aseguro que no he visto una cara de mayor felicidad y de más sinceridad en mi vida. Era una confirmación más de que ahí estaba el Espíritu Santo. La "Blanca Paloma" se mostraba en esa alma de niña sencilla.
Y es que, como dijo su padre al comienzo de la celebración, Paloma es un regalo de Dios.
Un saludo.
2 comentarios:
Es verdad todo lo que dices yo también le vi cara de felicidad , y una alegría especial que solo Dios sabe dar .
Gracias Susi
Publicar un comentario