Así decíamos cuando nos poníamos a jugar a adivinanzas, o a disputar sobre lo que sabíamos o no sabíamos. Confieso que yo era "muy malo" en estos juegos, y que casi siempre fallaba.
Hoy leía en la lectura de la Misa unas palabras que me han servido como lema para repetirme todo el día "Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres".
Cristo es la Verdad que nos hace libres. No es cuestión de una adivinanza, sino de una certeza: Cristo es Quien nos libera, Quien nunca nos miente.
Hoy se lo decía a las alumnas de mi colegio Montespiño que se graduaban: "una de las cosas que más os hemos repetido en el colegio es a amar la Verdad, y la Verdad es Cristo, y vuestra vida va a ser siempre un encuentro con El, que nunca os defraudará".
Un saludo.
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