Decir la verdad supone tener un corazón noble, como el agua limpia, cristalina, que mana de la fuente. Hoy lo que vemos en nuestra sociedad -por desgracia- es mentira y falta de nobleza, corazones sucios y poco claros, faltos de claridad y transparencia. Para la próxima fiesta de Cristo Rey pido que todos tengamos un corazón así: noble, capaz de decir siempre la verdad, de amar siempre lo verdadero, que no ande con medias mentiras, o medias verdades, que no fomente el amor propio como única medida de todas la cosas.
2 comentarios:
Gracias por su petición; simplemente añadir que para decir la Verdad hay que tener confianza en el oyente... y bueno, mucha gracia de Dios.
OK, pero sobre todo hay que querer decir y amar la verdad.
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